martes, 22 de enero de 2013

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La crisis provoca un descenso del 20% en las denuncias por maltrato

I. Elices / Burgos - martes, 22 de enero de 2013
Las mujeres se lo piensan hoy en día algo más a la hora de denunciar.  Valdivielso
            
 
La asociación La Rueda atribuye la caída al temor de muchas mujeres, con dependencia económica de sus maridos, a no encontrar trabajo y no poder mantener el nivel de vida de sus hijos. Las ayudas a las víctimas también disminuyen

La crisis económica provoca tal psicosis social que incluso mujeres víctimas de violencia de género prefieren ocultar las agresiones y amenazas que sufren a fin de mantener su ya de por sí precaria situación económica, muchas veces no tanto por ellas como por sus hijos. Los datos de la estadística que el Poder Judicial lleva a cabo sobre violencia sobre la mujer no dejan lugar a muchas dudas. En los tres primeros trimestres del año pasado las denuncias por maltrato bajaron un 19% respecto al ejercicio anterior, al pasar de las 741 de 2011 a las 623 de 2012.
Este descenso tan acusado solo puede obedecer a una razón, según señala la portavoz de la asociación La Rueda, Elba Franco. «No percibimos que los casos estén bajando, pero sí que el número de mujeres que denuncia es cada vez menor», indica. Yesto solo tiene que ver con «las muchas manifestaciones de la crisis económica», agrega.
En primer lugar, el oscuro horizonte laboral que se presenta ante aquellas mujeres que dependen económicamente de sus maridos es uno de los factores que les lleva a pensarse actualmente más de una y dos veces denunciarles ante la Policía o la Guardia Civil.
Elba Franco recuerda que antes las víctimas tenían que vencer la dependencia emocional que les unía a sus parejas, una dificultad a la que ahora se suma el miedo a perder su estatus económico. «Y no lo hacen por ellas, en su mayoría, sino porque sus hijos no pierdan calidad de vida», indica.
Hace unos años «dejar al marido, al compañero sentimental ya era duro, pero ahora más». En las épocas de bonanza «las víctimas lo tenían más sencillo a la hora de encontrar un trabajo, pero ahora es lógico que haya quien prefiera no denunciar, porque las posibilidades de encontrar empleo son nulas». ¿Es un riesgo el que corren estas mujeres al guardar silencio? Pues sí. Franco confía en que las víctimas que prefieren callar no aprecien un peligro extremo en la relación con sus cónyuges. «Pero es imposible saber hasta dónde va a llegar un hombre y cuál es la capacidad de aguante de mujeres acostumbradas a palizas muy frecuentes», señala.
La crisis también repercute en una disminución de los recursos a disposición de las víctimas. «Claro, no es lo mismo dejar tu casa sabiendo que hay plaza en un centro de acogida y de que hay ayudas para iniciar una nueva vida a que no haya nada de esto», resume la representante de La Rueda.
Por ejemplo, el piso tutelado con el que contaba la asociación se ha cerrado y la casa de acogida que gestiona ha reducido el presupuesto casi un 15%, con lo que su personal ha disminuido, así como sus servicios. Además, el Plan Dike -de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades-, dirigido a facilitar la inserción de mujeres víctimas de violencia de género, «está casi paralizado».
Cuando las víctimas cuentan con un apoyo familiar al que acudir al abandonar a la pareja, «las cosas son más sencillas, dentro del trauma que supone para muchas este cambio radical de vida». Pero hay muchas mujeres, sobre todo extranjeras, que no cuentan con ese necesario sostén.
Además, hay que señalar también que muchos inmigrantes están abandonando la provincia. Así que en la estadística ya no aparecen las denuncias de extranjeras que han vuelto a sus países y que representaban un porcentaje nada desdeñable del número total de víctimas.
 
 
Como continuemos así no se que va a pasar..... inconcebible
En relacion con la entrada de hace unos dias

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